Wednesday 16 October 2013

Siempre me gustaron los malos

Siempre he tenido predilección por los malos.

Desde que tengo uso de razón siempre he tenido afinidad por el malo de los cuentos, de los dibujos animados, de las películas o de las series de televisión. La magnitud del villano es directamente proporcional a la calidad de la totalidad del producto, incluso por encima de la importancia del protagonista de turno, que suele ser el guaperas o cachas de rigor. En la filmografía tenemos ejemplos a raudales. “El silencio de los corderos” pasó a la historia gracias a la interpretación de Anthony Hopkins del mítico Hannibal, y todos nos alegramos cuando se escapaba de la jaula en la que estaba prisionero  escuchando las Variaciones Goldberg después de comer chuletas de cordero muy crudas; de las películas de James Bond no nos acordamos de la trama, sino del villano de turno (Madds Mikkelsen en Casino Royale lo bordaba), lo mismo con las películas de “La jungla de Cristal” cuyas mejores muestras eran las que contaban con villanos de la talla de Alan Rickman y Jeremy Irons; me vienen a la cabeza mil ejemplos más como el del imperial Lord Darth Vader, el Keyser Soze de “Sospechosos habituales”, el Sargento Burns de “Platoon” o mi admirado Rutger Hauer en “Blade Runner” (“he visto cosas que no creeríais…”).

Pero en este blog hablamos de series, y lo que pretendo es recordar algunos de los villanos más importantes que nos han dado las series, en las que la importancia del mismo es mucho más decisiva todavía. No incluyo en este ránking a protagonistas de series con tendencias malignas porque no les considero villanos y antagonistas del héroe, por ejemplo Walter White, Dexter, Tony Soprano, Hannibal, Nucky Thompson… Como se suele decir: no están todos los que son pero…

1. Diane (“V”)

 


No podemos olvidar a la gran Diane de “V”. Quién no tenía en su carpeta una pegatina de la revista Teleindiscreta de su figura. La serie lo tenía todo, y la gran Diane era una villana a la altura, aportando maldad y sensualidad a raudales. Nadie se acuerda de la rubia que salía con Donovan sino de Diane comiendo roedores. Su escena comiendo el ratón impactó a una generación:
 


2. Hackman (“Corrupción en Miami”)

 


La serie que revolucionó la televisión en los años 80 aportó grandes villanos en muchos de sus capítulos, pero creo que el más grande de todos fue Hackman. En el capítulo “Perdona nuestras ofensas” Hackman estaba en el corredor de la muerte gracias a la detención de Crockett, y convence a éste último de su inocencia, removiendo Roma con Santiago hasta que consigue exculparlo. En la última escena del capítulo, Sony lo espera en la salida de la cárcel y observa atónito como le confiesa que cometió los asesinatos y preparó su coartada (todo ello con la magistral música de Peter Gabriel de fondo). Tras esta conmoción, a Hackman no lo volveríamos a ver hasta el capítulo “Líbranos del mal”, en el que se carga en el escenario a la mujer rockera de Crockett, y éste lo ejecuta en una última escena demoledora:


 

3. Stringer Bell/Omar Little (“The Wire”)

 



La serie de culto por excelencia será recordada sobre todo por sus grandes personajes. Idris Elba con su imponente físico e inteligencia creó un personaje antológico que nos dio pena despedir, y las apariciones del Loco Omar silbando con su escopeta recortada te helaban la sangre. Nunca un homosexual metió tanto miedo soltando sus frases lapidarias: “si intentas matar al rey, no falles”.


4. Gyp Rosetti ("Boardwalk Empire")

 


Nunca un Emmy fue tan justo. La recreación de Bobby Cannavalle generaba adoración y repulsión a partes iguales, con escenas de sexo y violencia (el travelling cenital de los asesinatos en el pasillo a lo “Taxi Driver” es antológico). El personaje se adueñó por completo de la tercera temporada de la serie, siendo hasta la fecha la mejor de todas.

5. Jon Kavanaug (“The Shield”)

 


En la serie en la que todos los personajes tenían su lado oscuro y repulsivo brilló con luz propia Forest Whitaker como policía de Asuntos Internos obsesionado con acabar con Vic Mckey, terminando tan bajo como los policías a los que perseguía. En una serie en la que no hubo bajones en su gran nivel, la temporada que contó con Whitaker alcanzó cotas impresionantes. Los cara a cara entre los dos personajes destilaban testosterona y mala leche a raudales.

6. Gus Fring (“Breaking Bad”)

 



Tenía la imagen de Giancarlo Espósito haciendo de pandillero hispano en películas y series, así que la irrupción de su personaje hierático en “la serie” fue una sorpresa descomunal. He leído que al principio iba a ser un rol breve, pero que tomó protagonismo gracias a su insistencia. Si su presentación en “Los pollos hermanos” fue inquietante, su despedida en “Face off” nos dejó sin aliento.

7. Trinity (“Dexter”)

 


John Lithgow tiene cara de chalado, y a lo largo de su carrera tiene abundantes papeles de malvado. Sin embargo con Trinity consiguió un personaje inolvidable, adquiriendo la serie una dimensión que nunca volvería a conseguir. Su “hello, Dexter Morgan” intimidaba incluso a nuestro forense favorito.

8. Mr. Burns (“Los Simpson”)

 


No puedo despedir este ranking sin mencionar al gran Sr. Burns, sin el que Homer no sería lo mismo. Él y Smithers forman una pareja inolvidable en la iconografía popular.

Seguro que en el tintero se quedan muchos. No he incluido a Joffrey Baratheon porque le tengo mucha manía. Espero vuestras sugerencias y tened cuidado con vuestro lado oscuro…

1 comment:

  1. GRAN POST AMIGO!!! Yo, como creo que la silenciosa mayoría, también me decanto por los malos. Reconozcámoslo. Los buenos son un coñazo y en la mayoría de las ocasiones queremos que fracasen (y mueran con grandes sufrimientos si es posible)
    La verdad es que descartando a los protagonistas, pierdes a los "mejores malos". Walter White, tony Soprano o Vic, son inigualables. Cabronazos de los pies a la cabeza que disfrutan siéndolo.
    Sobre tu lista estoy de acuerdo con la mayoría. Tal vez cambiaría a Kavanag por el desgraciado de Aceveda (él es el realmente malo). Y nunca pondría a Stringer bell como malo...es que es demasiado elegante, macho

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