Tuesday 23 June 2015

Texas Rising no es Hatfields & McCoys

"Texas rising" y "Hatfields & McCoys" tienen varias cosas en común: en ambas Bill Paxton es protagonista, en una como cabeza de la familia McCoy y en la otra como Sam Houston, ambas son producidas por canal Historia, lo que le confiere un trasfondo histórico más acuciado "texas rising" que en H&M y además están ambientadas a principio-mediados del siglo XIX. Aunque lamentablemente ahí acaban los parecidos.


Y no es que “Texas rising” esté tan mal. Simplemente no llega ni de coña a las expectativas que tenía puesta en ella, algo increible, cuando viene de la mano de Roland Joffé, el tipo que hizo "la misión". También hay que contar con que H&M es un pedazo de serie acojonante, sin duda de lo mejor de 2012, lo que le valió (esta vez sí merecido) el premio a mejor miniserie del año.



Pero en esta no está Kevin Coster en el mejor papel de su carrera, ni un estelar Tom Berenguer ni Bill Paxton tiene siquiera la brillante actuación de H&M. Sí tiene a Oliver Martinez como Santa Ana, un dislate, tanto por su arrastrado acento franco español como por una actuación plana y sin brillo que empobrece la generalidad, ya de por si poco excelsa de actuaciones. También cuenta con un reconvertido y peculiar Brendan Fraser, haciendo de indio. Gordo, en un 3º plano y poco aprovechado, no aporta casi nada a la serie.

La ambientación de la miniserie es claramente lo más destacable, aunque acabes un poco hasta el gorro de masticar el polvo de Arizona, de ese color ocre y desértico que te hace plantearte porqué alguien pelearía por ese pedazo de infierno.

Sin entrar a fondo en el rigor histórico, el objetivo no es contar una historia particular, sino narrar cómo Texas llegó a ser el estado independiente que es hoy, tanto a través de su levantamiento contra Mexico, como en su colonización de los territorios comanches. En mi opinión fracasa en iniciar la historia después de la batalla del Álamo, fundamental para entender lo que ocurrió después y en desarrollar, más como relleno de metraje que como parte esencial, la expansión a costa de las naciones indias. Amenazan con una segunda entrega  centrada, imagino, en la comanchería y las guerras indias.



Sam Houston y sus Rangers son el eje central de la miniserie, pero Bill Paxton no parece tener el empaque suficiente para llevar el peso de la misma. Aparenta un estado de indiferencia y molicie que más tiene que ver con su carrera que con el personaje que representa. Sin embargo la propia mediocridad del resto de elenco no le hace destacar negativamente. No lo salva ni tan siquiera la presencia atormentada y desquiciada de un Ray Liota que conoció tiempos mucho mejores, en el papel del cazamejicanos Lorca. Únicamente aparece una luz en la interpretación de Jeffrey Dean Morgan, aunque no sea suficiente para elevar el tono de la serie.

Para rematar, la mayoría de las escenas de batalla están poco trabajadas y son muy deficientes, con un rigor táctico bastante cuestionable. Solo falta la sangre de tomate y notar respirar a los muertos. 

Creo, como hace unas semanas decía el asesino en serie, que una de las funciones de este tipo de blog es ayudar a decidir a la gente sobre qué series ver y cuales no, en este mundo televisivo tan cargado de programas. Hacedme caso, sería mejor que emplearais las 7 horas y media que dura la miniserie en ver otras propuestas.




Monday 15 June 2015

Primavera dispar de espías

Entiendo por qué a los americanos les  gusta “Turn” y no tanto “The americans”. Hablo del americano medio televidente. Una es patriotera, previsible y clara. La otra enrevesada y antipatriota en muchas ocasiones. Una muestra el nacimiento de una nación y otra desgarra las costuras de la misma.

La paradoja (no tan infrecuente) es que la crítica  adora “The americans” y no tanto “Turn”.



A mí me fascina “the americans”, no porque sea un experto (nada más alejado de la realidad), sino porque es diferente y es todo lo que busco en una serie: que me emocione, me altere el ritmo cardíaco y me deje la boca seca. Muchos dicen que le agota la lentitud de la tramas, la falta de acción, como si tuviéramos que estar rodeados siempre de ejércitos de dragones o explosiones en el desierto. Pero su “realismo” y el ritmo, mezcla de parsimonia y vértigo, es lo que la hace maravillosa.

Al final las historias de espías se basan en eso:  análisis, paciencia, captura de la pieza, utilización y manipulación de la información. Y de eso "The americans" tiene dosis de sobra.

Esta tercera temporada parecía que iba  a introducir el elemento de Paige, la hija de nuestros espías rusos infiltrados en US, como elemento central. El devenir de la temporada nos muestra que es un hecho anexo, importante pero para nada relevante. Forma parte del desarrollo de la relación familiar más que de la trama central del espionaje. Incluso esta parte, la dicotomía espía ruso-ciudadano americano, está muy bien traída, envolviendo a la familia en un juego de principios que pone a prueba las creencias de los personajes.



Francamente hay momentos gloriosos como el capítulo  donde Elizabeth Jennings se ve envuelta en una operación de captura y acaba en el garaje arrancándose la muela, o la trama paralela con Martha y como descubre el engaño del personaje de Philips Jennings. Y sobre todo esa conversación con la anciana en la fábrica donde Elizabeth le revela lo que es y aquella adivina que no saldrá viva de la habitación. El rostro de Elizabeth  viendo agonizar a la anciana, con la que departía alegremente es otro de los momentos estelares del año televisivo.


-¿Crees que esto que me haces hará mejor el mundo?
–Si
-Eso es lo que se dicen a sí mismas las malas personas cuando hacen cosas terribles


En fin, una nueva temporada que ha dejado un regusto a televisión de muy alta calidad, tanto en las interpretaciones, como en la ambientación o el argumento.

Y ya que hablamos de espías, “Turn”, que tanto me aburrió la temporada pasada, aunque levemente, parece haber remontado en esta 2º. Sigue siendo una serie palomitera, con actuaciones más que mejorables, empezando por el insufrible Billy Elliot, pero con ciertas cosas que hay que agradecer.

La primera es un rigor histórico bastante desconocido en las series populares. Cuenta la historia del “culper ring” un grupo de espías creado por Washington que se encargó de recabar información en el área de NY en torno a 1777 en la época en la que las colonias empezaban a girar el curso de la historia por su independencia. Debo resaltar que igual que en “hell on wheels”, AMC plantea de manera eficaz e inteligente sus series históricas, apoyándose en una fotografía agradable y vistosa.



Otro punto a su favor es que, con los  personajes principales ya presentados en la 1º temporada y las lealtades claramente definidas, esta 2º temporada se ha podido centrar en el objetivo de la serie: el juego de espionaje y contraespionaje y las consecuencias del mismo.

Además un  puñado de personajes han cobrado valor como JJ Feild en el papel del mayor John André, responsable de espionaje Ingles o Burn Gorman (actor que tampoco sonreía en “the hour”) como el Teniente inglés Richard Hewlett. Su mayor relevancia la equilibra la falta de importancia de Culper, su familia y el pueblo de Setauket, sustituido como epicentro de la actividad por NYC y Philadelphia


Una serie que, sin embargo, no deja de ser anodina y superficial, prescindible a todas luces si tienes poco tiempo que perder. Pero por favor, no hagáis lo mismo con “The americans”. No todas las series de espías son lo mismo.




Sunday 7 June 2015

Miss Draper y el último hombre sobre la tierra

Es evidente que GOT eclipsa todo. Apenas hay un rayito de sol que llegue a cualquier serie, a cualquier programa de televisión mientras la lucha por los siete reinos esté en marcha. Hay que asumirlo.  Solo alguna serie, valiente hasta la saciedad por hacer coincidir su emisión con la serie entre las series, como el final de “Mad Men”, se puede hacer un hueco entre los aficionados. Esta última, ademas de ser un fetiche televisivo, arrastra suficientes fieles fans como para no tener que preocuparse de mastodontes

No así el resto, que está esperando el fin de GOT para lanzarse a la lucha por llenar el hueco que nos deje. Es el caso de Hannibal o True detectives.

Seguramente una de esas series eclipsadas, aunque no tenga nada que ver ni en pretensiones ni en género, sea “The last man on earth”, una comedia apocalíptica que desde luego  no deja indiferente

Mira que me cuesta empezar comedias, tal vez porque no soy precisamente de sonrisa fácil (y eso que el formato de las comedias me encanta: menos de media hora es el tamaño justo para mantener la tensión y no perder la atención). Me cuestan más aún si creo que pueden ser las típicas series facilonas, escatológicas, de sonrisa falsa y estereotipos que solo hacer reir a los trogloditas (en la televisión española tenemos innumerables ejemplos de ello, empezando por la inexplicable “la que se avecina” y continuando por la nausebunda “Gym Toni”)



Y "the last man on earth" no parecía diferente.  No lo parecía y no lo es. Quiero decir que es facilona: un tema más que gastado, unos cómicos histriónicos y bromas ya sobadas. Y sin embargo es un producto desternillante y brillante.

El primer capítulo, simplemente maravilloso, muestra a Phil Miller, el último hombre de la tierra, recorriendo la geografía americana buscando otros series vivos, y las cosas que se le ocurren cuando descubre que está completamente solo en la tierra (la piscina-water o la piscina de margarita están entre la locura y la genialidad). Aunque, como podéis intuir, su soledad es temporal y se encontrará a lo largo de los capítulos con otros “únicos habitantes” que acuden a su encuentro siguiendo señales que ha dejado por las carreteras de US



Y aunque me gustaría poder deciros que he encontrado una razón filosófica para explicar la serie sobre la necesitad de ser seres sociables, o incluso en la máxima de que no siempre estar acompañado es mejor que estar solo, la realidad es que es un producto dispuesto para un entretenimiento sin añadidos, sin vueltas de tuerca ni mensajes subliminales. Puro entretenimiento

Phil, el protagonista absoluto de este viaje al disparate, es un ser humano mezquino, mentiroso, despreciable y egoísta que a cada paso parece hundirse mas profundamente en la miseria. Lo interpreta Will Forte, también creador, productor, escritor…un cómico americano conocido en US por su papel en "Saturday Night Live" durante 8 años.

“Su Eva” es Kristen Schaal, Carol en la serie, maniática, controladora y tierna a partes iguales ante la que Phil se encuentra en la diatriba de tener que elegir entre la soledad absoluta o la convivencia con alguien que no le agrada ni física ni intelectualmente. Alrededor de ellos y de su vida en la desierta Tucson, Arizona,  giran la mayoría de los momentos cómicos



Todo pasa a un 2º plano con la aparición de January Jones, Melisa, que desata un sinfín de momentos divertidos, decepciones y  calentones de nuestro protagonista, que llega a niveles ínfimos de orgullo y elegancia a fin de seducirla. Bueno, realmente de llevársela a la cama. Esta Venus salida del desierto nos enamora desde el primer momento, con la cara lavada y cola de caballo esta vez, un perfil muy alejado de la divina Miss Draper.


En resumen es una comedia muy recomendable, divertida y  loca, que te puede hacer pasar ratos estupendos y sin duda, como a mi, fantasear sobre qué harías si fueras el ultimo hombre sobre la tierra. Eso sí, mejor si January vive en el vecindario