Tuesday 13 October 2015

Jack the Ripper debería visitar a Kurt Sutter

Jack The Ripper debería buscar a Kurt Sutter y hacerle un trabajito fino. O en todo caso, ser detenido por el inspector Reid y tirar la llave de su celda para que nadie lo encuentre jamás y tenga la tentación de hacer otra serie. Porque la vergüenza patética que es “the bastard executioner” ha empañado mi visionado de los últimos capítulos de la trepidante y más que buena “Ripper Street” de la que acabo de ver la 3º temporada.

Empezando por la última, la que vale la pena de verdad, en la segunda mitad de 2012 se produjo un hecho sorprendente: BBC produjo y lanzó dos series, una en su canal US y otra en el canal 1 de UK, no solo con una temática similar sino con unas similitudes, ciertamente sorprendentes. Hablo, por supuesto de “Copper” y “Ripper Street”.

Aunque con diferente resultado ambas series tenían inquietantes coincidencias: trataban de la vida de una comisaría en barrios realmente marginales (Whitechapel y five point) donde hay un honesto policía que ha perdido a alguien de su familia y que se relaciona con un doctor/patólogo que forma parte de las aventuras. Y además hay una madame con un peso específico muy grande dentro de la trama general (Franka Potente en US y MyAnna Buring en UK). Además la estructura general es la misma: semanalmente se resuelve un caso sin dejar de lado la vida personal de los protagonistas que nos muestra generalmente una mísera y terrible existencia, muy parecida a la de los miembros de la comunidad.

Pero igual que Copper me pareció un desatino considerable, Ripper Street me parece una serie de muy alto nivel, lo que me hace pensar que no es tan importante lo que se cuenta sino cómo se hace. Y en este sentido la serie británica apaliza severamente a su prima americana. Probablemente el que Copper fuera cancelada tras su 2º temporada y Ripper Street esté grabando su 4º temporada (incorporando al genial David Threlfall, “shameless UK”) es un síntoma significativo más de ello.

Tomando como excusa de arranque los asesinatos de Jack the Ripper, va desgranando una serie de casos para profundizar en la vida de los protagonistas que van entrecruzándose como en un teatro de variedades en el barrio de Whitechapel. Sin embargo el interés de los casos, el desarrollo de las investigaciones y los cierres de cada capítulo son inmensamente más jugosas que las de “Copper” (http://breakingmen.blogspot.com.es/2013/11/una-de-polis-y-cacos-dificil-mejorar.html)

Tal vez una de las virtudes de la serie es la incorporación de muy buenos actores prácticamente desconocidos, encabezados por Matthew Macfadyen interpretando al Inspector jefe Edmund Reid (personaje histórico bastante bien retratado), un hombre atormentado por su vida personal e imbuido hasta la médula en su trabajo al servicio de un barrio que le zarandea siempre que puede.


Jerome Flynn, rescatado del anonimato como Bronn en GOT, es el brazo duro de la comisaría y va ganando en relevancia según pasan las temporadas, desde una mera comparsa a un peso pesado dentro del desarrollo global de la serie.

También hay que destacar que la calidad de la serie va aumentando según pasan las temporadas. La tercera que acabo de terminar es la más brillante de las tres, tal vez ayudado por el salto temporal de 4 años respecto a la temporada anterior. Si hay que reprocharle algo es el excesivo metraje: casi 70 minutos de serie se hace a veces un poco excesivo.

Una serie realmente interesante que te traslada a otro tiempo, porque la creíble y realista escenografía y ambientación te permite respirar el hedor y la miseria del Londres de finales del XIX


No quiero dedicar más que un párrafo a la mamarrachada que es “the bastard executioner”. Y aunque no esperaba demasiado a vista de los trailers y de ciertos comentarios sobre las razones más de marketing que de talento para esta nueva basura de FX., sí esperaba que del creador de “the shield” y de “sons of anarchy” saliera algo al menos digno.




Realmente la serie parece una mofa de las películas de época, con una irreal Kate Sagal (que solo su amor por Sutter le hace dilapidar su trayectoria en este bodrio) absolutamente patética y un resto de actores que parecen caricaturas de personajes. Ni el guion, ni la puesta en escena valen siquiera el coste de oportunidad de perderse cualquier otra bazofia televisiva






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