Ahora que ha acabado la 4º temporada y que
se ha anunciado la 5º y última para el año que viene, es el momento
de hablar de una de esas series que pasan un poco de puntillas entre la
parrilla televisiva.
Y decir que “Hell on wheels” me
gusta bastante sé que es un poco ir contracorriente, porque no es una serie de masas,
tiene una audiencia bajísima y no tiene nominaciones a los Emmy. Además hay que
pelearla bastante: primero porque las 2 primeras temporadas (donde se cuecen
las renovaciones) no tienen el nivel de las posteriores y porque es una serie
donde la suciedad, la crueldad y la rapiña salen casi siempre victoriosas. La
salida de sus creadores a mitad de la serie y el estar en una cadena con
monstruos como “The walking dead”, tampoco han ayudado demasiado. Aun así AMC
ha confiado en ella hasta el final.
Y a mí me tiene enganchado, más
si cabe esta última temporada, un temporadón con dos momentos más que relevante
para los seguidores de la serie, coincidiendo con la salida de dos de los
protagonistas. Tras cuatro temporadas, con personajes más que cuajados,
incorporaciones estupendas y guiones cada vez menos anárquicos y más
trabajados, da la sensación de un salto de calidad infinito.
Para quien lo desconozca, la
serie toma como excusa la trepidante obra de ingeniería en pos de unificar la
primera línea férrea del país que se mantuvo en los recién creados EEUU entre
la Unión Pacific y la Central Pacific. Sin embargo y lamentablemente el
argumento de la serie flojea un poco dándose la libertad de convertir algo que
fue un trabajo casi conjunto de unificación en una lucha por llegar al Pacífico.
Paradójicamente, las primeras dos
temporadas eran mucho más fieles a la realidad, mostrando a Thomas C. Durant,
un antiguo sureño enriquecido con la esclavitud y el algodón, como empresario
manipulador y sin corazón que emprende la carrera a través de EEUU con la UP,
más para beneficiarse a través de contratos privados con su empresa fantasma
Credit mobilier que para abrir el oeste a la supuesta civilización del este. Estos
hechos son completamente verídicos, pero tal vez las dos temporadas flojeaban
precisamente en desmenuzar esta historia de estafas y beneficios sin mucho tirón.
En la serie a Durant lo interpreta decentemente Colm Meaney, actor irlandés que
hemos visto de secundario en cientos de películas.
Quien viera el final de la 2º
temporada, con la muerte o desaparición de varios de los protagonistas, imaginaría
con razón que la serie no sería renovada. Y aun así lo fue. No solo eso, sino
que mejoró en casi todos los sentidos, tal vez por una desconocida contención
de su protagonista, el casi desconocido y otrora hierático Anson Mount como Cullen
Bohannon, antiguo militar sureño, esclavista, buscavidas y vengador. Su actuación
en la 4º temporada, salvando mis reticencias ha mejorado sustancialmente.
También detrás de la mejoría
general está apertura de nuevas tramas, como la del conflicto con las
comunidades mormonas de Utah o la creación y perversión de la ciudad de
Cheyenne, centro neurálgico de la última temporada. Ahí entra en juego el
personaje de Jake Weber como John Allen Campbell, primer gobernador de Wyoming,
que da mucho empaque y credibilidad a la serie a falta de auténticos buenos
villanos, una vez “el sueco” (Christopher Heyerdahl, True Blood) pasa a un segundo plano.
A todo ello se le une una fotografía
realmente estupenda, y una atractiva puesta en escena que nos permite
vislumbrar lo que fue una época concreta de la historia de EEUU, repleta de
dureza, ambición e injusticia, con la abolición de la esclavitud recién estrenada
y los problemas entre el norte y sur del país aun floreciendo a cada paso. Solo por eso, valdría la pena ver la serie.
He leído a algunos que dicen que
está bien pero no es “Deadwood”. Pero
sinceramente ¿Cuántas series sois capaces de enumerar que se puedan comparar
con ella? A mí me salen apenas un puñado.
A mi también me gusta bastante. La descubrí a la vez que 'Copper', tristemente ya cancelada, y después de devorar 'Deadwood'.
ReplyDeleteJoder, y a mí. Espero con impaciencia todas sus temporadas y me reconforta ver que no soy el único. La verdad es que en mi caso todo lo que huela a western tiene casi asegurado el aprobado.
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