Hay series que prejuzgamos antes
de empezar, que escrutamos intentando buscar sus defectos, sus errores, sus
deficiencias. A mí me pasó cuando empecé a ver “the leftovers”. Quería que
fuera mala. Quería que fuera un fracaso y que no dijera nada.
Pero teniendo varias cosas que no
me convencen demasiado, el resultado final es más que bueno. A ratos es sobrecogedora,
es entretenida y es excitante. Aunque deja
el regusto a pensar que esto ya lo has visto antes. Y es que es una versión
moderna de “lost” (cosa lógica en parte siendo Damon Lindelof -uno de los creadores de Lost- el padre de la
criatura)
Realmente es muy difícil de calificar, y por eso ni los mayores gurus y
enteradillos del mundo de las series son capaces de ponerse de acuerdo: unos
dicen que es una maravilla, un drama apocalíptico genial. Por otra
parte hay quienes dicen que no descubre nada nuevo, que es “lost” edulcorado y que es el clásico producto yanqui que ataca
facilonamente la fibra sensible. Un telefilm con lavado de cara y bonitos
planos. Y es probable que todas tengan razón en parte. Hay capítulos completa y
absolutamente maravillosos (véanse el 3, 6 y 9 particularmente) y hay otros que
son totalmente infumables, teniendo un arranque ciertamente desconcertante y
lento, que me hizo pensar en que estaba ante una versión preciosista de “under
the dome”.
Hay historias claramente deficientes e innecesarias, como la de los
hijos del policía, mientras otras son
realmente fascinantes, como la del pastor y su hermana, la del propio
policía y su padre y esos ataques de desdoblamiento de personalidad. El madero
desde el principio me pareció irreal, (tal vez porque se parece mucho a mi
amigo “el pelon”) aunque, este prometido de la Aniston, con el paso de los
capítulos parece mucho menos chulo y más creíble. Su relación con Nora
Durst y sobre todo el relato de la vida de esta mujer que pierde a toda su
familia el día de la “ascensión”, es la parte más conmovedora de la serie.
Aunque inicialmente parece un
serie más de ciencia ficción, en mi opinión, la serie busca respuesta a la filosófica
pregunta ¿podemos seguir con nuestras
vidas ante un acontecimiento dramático? Y aun mas ¿Cómo de mezquina puede llegar a ser la gente para conseguir su
objetivo? Y a estas dos preguntas trata de responder la
“secta” de los “Guilty Remnant”, fumadores compulsivos vestidos de blanco íntegramente
que se niegan a aceptar la desaparición sin explicaciones, sin decir una sola
palabra. Y así se lo hacen ver al mundo, fustigando a los que tratan de rehacer
sus vidas. Sin duda los mejores momentos de la serie están relacionados con
ellos y con sus estratagemas punitivas, llegando a un culmen tan tremendo como
impactante al final de la serie. Son
destacables las actuaciones de Liv Tyler (Megan Abbott), Amy Brenneman –amigos &vecinos- (Laurie
Garvey), y la escalofriante Ann Dowd (como Patti Levin), líder inflexible y fanática
de la secta.
La música a cargo Max Richter, compositor de lo que
llaman música minimalista, repleta
de chelos y violines intensifica los momentos más sensibles y amalgama
perfectamente los momento dramáticos con los repletos de esperanza. Tal vez
compense la desafortunada y fallida entrada de títulos de crédito de la serie.
“The leftovers” es una serie estupenda, pero que debería intentar
desligarse un poco de sus semejanzas con “the lost”, pero que puede acabar
siendo tan enorme como aquella.
Gran análisis de una serie que enfoca un género muy apetitoso, pero a al vez muy complicado , en el que puedes llegar a pasarte de rosca y acabar en el ridículo, como le ocurrió a LOST en sus decadentes temporadas finales tras unas deslumbrantes primeras, y a la olvidada FlashForward tras un primer capítulo fascinante.
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