Friday, 13 December 2013

House of cards, Aaron Sorkin y un desatino

Yo soy uno de los que se sintió maravillado con las primeras temporadas de “El ala oeste de la casa blanca” y que cuando acababa cada capítulo quería imbuirme en el mundo de la política de alto nivel. El talento de Aaron Sorkin se mostró en completa magnitud en esta serie tan perfecta como arriesgada: La historia del presidente (Martin Sheen) y sobre todo de los ayudantes y asesores que tenía alrededor. Si no es catalogada habitualmente como una de las mejores de la televisión es porque era una serie de las que podemos calificar como inteligente, además de que, es cierto, era un poco demasiado ideal. Sin embargo el papel de John Spencer (como Leo McGarry, Jefe de Gabinete de la Casa Blanca) fue especialmente redondo, hasta su fallecimiento en 2004, aunque reconozco que me gustaban particularmente Rob Love y Bradley Whitford (emmy incluido). La serie se apoyaba en el talento de los actores secundarios, en unos diálogos fluidos y en un espectacular manejo de la tensión.
 


Otro de las criaturas de Sorkin, “The newsroom”, también puede ser considerada una serie política, al menos si eliminaras la morralla sentimentaloide. La serie de periodistas tiene unos guiones divertidos y rápidos, pero me aburre infinitamente el tema interpersonal de los protagonistas. A veces creo que están metidos a calzador para salirse de la etiqueta de serie selecta, y otras veces difuminan la seriedad del tema que tratan. “The newsroom” me parece una serie política aunque no se centre en el lado de los políticos sino en el de los medios de comunicación
 
 
 
En “House of cards”, la serie de la que básicamente quería hablar, los periodistas son una parte anexa de la trama, no la más importante, pero sí una parte clave para entender el total de la serie. Tal vez, como reflejo de la vida, todos los tejemanejes entre los 4 poderes están tan interrelacionados que no se sabe dónde acaba uno y empieza otro

Acabo de terminar de ver la 1º temporada. Me la habían recomendado varias personas, pero algún artículo que la ponía a parir, sobre todo a Kevin Spacey, me había echado atrás. La serie la emite netflix, empresa que se dedica a suministrar contenidos a través de internet a cambio de una cuota mensual, y ha sido un éxito total, tanto en nominaciones en los emmys (mejor actor, mejor actriz, mejor serie dramática), como por la audiencia, habiéndose renovado antes siquiera de acabar la primera mitad de la temporada (se supone que únicamente tendrá dos temporadas de 13 capítulos cada una). Se lo merece porque la serie es estupenda desde cualquier ángulo que la analices.
 
 

La serie cuenta la historia maquiavélica e impersonal de Francis "Frank" J. Underwood (Kevin Spacey), congresista y responsable de disciplina del partido demócrata, y su ascenso a través del juego político. Lo acompaña una deslumbrante Robin Wright (Claire Underwood) como su esposa y directora de una empresa de proyectos ambientales (supuestamente sin ánimo de lucro). La relación aséptica entre ellos es lo mejor de la serie, una relación basada en la ambición mutua diseñada entre cigarrillos en la ventana. También aparecen Kate Mara (a la que vimos en la 1º temporada de AHS y que es una voraz periodista), un estupendo Michael Kelly (como Doug Stamper) y el más que creíble Corey Stoll (Peter Russo) como marioneta política y que veremos como protagonista en “The strain” el año que viene (nominado a los globos de oro, por cierto). Lo mejor que se puede decir de la serie es lo mismo que en "el ala oeste de la casa blanc"a: los secundarios tienen un nivel de interpretación superlativo (tanto como para recibir en Emmy a mejor grupo de secundarios –no sabía que había Emmy de esto-) y que hacen empequeñecer al mismísimo Spacey que igualmente está muy bien como protagonista máximo de este mundo repleto de traiciones, intereses, corrupción y basura hipócrita
 
  













Si le tengo que poner algún “pero” son los momentos en que el personaje de Spacey habla con el espectador. Entiendo que es una forma de hacernos partícipes de sus “fechorías” políticas pero me resulta un poco forzado. Un espectador inteligente no necesita que nadie le aclare lo que está viendo. La interpretación tendría que valer de sobra para ello.

Y para acabar un apunte de dos miniseries recientes también políticas: “Secret State” y “Political animals”. La 1º es una (simplemente) entretenida serie protagonizada por Gabriel Byrne que se encuentra como PM de UK sin comerlo ni beberlo y que ejerce el papel del honesto político con entrañas envuelto en un entorno podrido. La serie mezcla intereses empresariales y política, demostrando que quien realmente dirige el mundo son las multinacionales y no los políticos. Y aunque Byrne está correcto en el mismo papel que repite una y otra vez, ya sea vestido de vikingo o de gánster, la serie tiene más valor desde el punto de vista reivindicativo que desde el técnico
 
 
Mención aparte merece “Political animal”, una bazofia televisiva superficial e intrascendente. Me lo tragué con la esperanza de que las furibundas criticas fueran excesivas, y porque la presencia de Sigourney Weaver, siempre lo merece. Cuenta la historia de Hillary Clinton aunque quieran enmascararlo de otra cosa. Además de las pocas luces para inventarse un atractivo guion original, los personajes secundarios son planos e insustanciales (por ejemplo el ramplón Jimmy Wolk tan lamentable como en “Mad Men” o Sebastian Stan tan histriónico y aburrido como en su papel de sombrerero loco en “Once upon a time”). Ni siquiera la Weaver puede compensar tanto desatino televisivo que me hace preguntarme cómo es posible hacer tan poco con tanto.
 
 
 
 

2 comments:

  1. Gran análisis de las series que enfocan un tema tan complicado de tratar como apasionante. A mi también me encanta el tema, y una de mis películas favoritas es "Todos los hombres del presidente". El problema es que necesitan de unos guiones de calidad, creíbles, y que no se pasen de rosca. A mi también me pareció flojita Secret State , y esperaba mucho de una serie con Sigourne Weaver y Cyaran Hins (grande en "Roma" y "Munich") pero fue un fiasco. Estas Navidades sin duda disfrutaremos viendo House of cards

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  2. Buen post de las series sobre intrigas políticas :) La verdad es que he visto los tres primeros episodios de esta segunda temporada de House of Cards y también pinta muy, muy bien, incluso mejor que la primera :) Aquí os dejo mi valoración de la serie ;)

    http://seriesanatomy.blogspot.com.es/2014/02/el-castillo-de-naipes.html

    Saludos!

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