Monday, 15 June 2015

Primavera dispar de espías

Entiendo por qué a los americanos les  gusta “Turn” y no tanto “The americans”. Hablo del americano medio televidente. Una es patriotera, previsible y clara. La otra enrevesada y antipatriota en muchas ocasiones. Una muestra el nacimiento de una nación y otra desgarra las costuras de la misma.

La paradoja (no tan infrecuente) es que la crítica  adora “The americans” y no tanto “Turn”.



A mí me fascina “the americans”, no porque sea un experto (nada más alejado de la realidad), sino porque es diferente y es todo lo que busco en una serie: que me emocione, me altere el ritmo cardíaco y me deje la boca seca. Muchos dicen que le agota la lentitud de la tramas, la falta de acción, como si tuviéramos que estar rodeados siempre de ejércitos de dragones o explosiones en el desierto. Pero su “realismo” y el ritmo, mezcla de parsimonia y vértigo, es lo que la hace maravillosa.

Al final las historias de espías se basan en eso:  análisis, paciencia, captura de la pieza, utilización y manipulación de la información. Y de eso "The americans" tiene dosis de sobra.

Esta tercera temporada parecía que iba  a introducir el elemento de Paige, la hija de nuestros espías rusos infiltrados en US, como elemento central. El devenir de la temporada nos muestra que es un hecho anexo, importante pero para nada relevante. Forma parte del desarrollo de la relación familiar más que de la trama central del espionaje. Incluso esta parte, la dicotomía espía ruso-ciudadano americano, está muy bien traída, envolviendo a la familia en un juego de principios que pone a prueba las creencias de los personajes.



Francamente hay momentos gloriosos como el capítulo  donde Elizabeth Jennings se ve envuelta en una operación de captura y acaba en el garaje arrancándose la muela, o la trama paralela con Martha y como descubre el engaño del personaje de Philips Jennings. Y sobre todo esa conversación con la anciana en la fábrica donde Elizabeth le revela lo que es y aquella adivina que no saldrá viva de la habitación. El rostro de Elizabeth  viendo agonizar a la anciana, con la que departía alegremente es otro de los momentos estelares del año televisivo.


-¿Crees que esto que me haces hará mejor el mundo?
–Si
-Eso es lo que se dicen a sí mismas las malas personas cuando hacen cosas terribles


En fin, una nueva temporada que ha dejado un regusto a televisión de muy alta calidad, tanto en las interpretaciones, como en la ambientación o el argumento.

Y ya que hablamos de espías, “Turn”, que tanto me aburrió la temporada pasada, aunque levemente, parece haber remontado en esta 2º. Sigue siendo una serie palomitera, con actuaciones más que mejorables, empezando por el insufrible Billy Elliot, pero con ciertas cosas que hay que agradecer.

La primera es un rigor histórico bastante desconocido en las series populares. Cuenta la historia del “culper ring” un grupo de espías creado por Washington que se encargó de recabar información en el área de NY en torno a 1777 en la época en la que las colonias empezaban a girar el curso de la historia por su independencia. Debo resaltar que igual que en “hell on wheels”, AMC plantea de manera eficaz e inteligente sus series históricas, apoyándose en una fotografía agradable y vistosa.



Otro punto a su favor es que, con los  personajes principales ya presentados en la 1º temporada y las lealtades claramente definidas, esta 2º temporada se ha podido centrar en el objetivo de la serie: el juego de espionaje y contraespionaje y las consecuencias del mismo.

Además un  puñado de personajes han cobrado valor como JJ Feild en el papel del mayor John André, responsable de espionaje Ingles o Burn Gorman (actor que tampoco sonreía en “the hour”) como el Teniente inglés Richard Hewlett. Su mayor relevancia la equilibra la falta de importancia de Culper, su familia y el pueblo de Setauket, sustituido como epicentro de la actividad por NYC y Philadelphia


Una serie que, sin embargo, no deja de ser anodina y superficial, prescindible a todas luces si tienes poco tiempo que perder. Pero por favor, no hagáis lo mismo con “The americans”. No todas las series de espías son lo mismo.




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