Entiendo por qué a los americanos les gusta “Turn” y no tanto “The americans”. Hablo del americano medio televidente. Una es patriotera, previsible y clara. La otra enrevesada y
antipatriota en muchas ocasiones. Una muestra el nacimiento de una nación y
otra desgarra las costuras de la misma.
La paradoja (no tan infrecuente) es que la crítica adora “The americans” y no tanto “Turn”.
A mí me fascina “the americans”,
no porque sea un experto (nada más alejado de la realidad), sino porque es
diferente y es todo lo que busco en una serie: que me emocione, me altere el
ritmo cardíaco y me deje la boca seca. Muchos dicen que le agota la lentitud de
la tramas, la falta de acción, como si tuviéramos que estar rodeados siempre de
ejércitos de dragones o explosiones en el desierto. Pero su “realismo” y el
ritmo, mezcla de parsimonia y vértigo, es lo que la hace maravillosa.
Al final las historias de espías se
basan en eso: análisis, paciencia, captura
de la pieza, utilización y manipulación de la información. Y de eso "The americans" tiene dosis de sobra.
Esta tercera temporada parecía
que iba a introducir el elemento de
Paige, la hija de nuestros espías rusos infiltrados en US, como elemento
central. El devenir de la temporada nos muestra que es un hecho anexo,
importante pero para nada relevante. Forma parte del desarrollo de la relación
familiar más que de la trama central del espionaje. Incluso esta parte, la
dicotomía espía ruso-ciudadano americano, está muy bien traída, envolviendo a
la familia en un juego de principios que pone a prueba las creencias de los
personajes.
Francamente hay momentos gloriosos
como el capítulo donde Elizabeth Jennings se ve envuelta en una operación de captura y acaba en el garaje arrancándose la
muela, o la trama paralela con Martha y como descubre el engaño del personaje
de Philips Jennings. Y sobre todo esa conversación con la anciana en la fábrica
donde Elizabeth le revela lo que es y aquella adivina que no saldrá viva de la
habitación. El rostro de Elizabeth
viendo agonizar a la anciana, con la que departía alegremente es otro de
los momentos estelares del año televisivo.
-¿Crees que esto que me haces hará mejor el mundo?
–Si
-Eso es lo que se dicen a sí mismas las malas personas cuando hacen cosas
terribles
En fin, una nueva temporada que
ha dejado un regusto a televisión de muy alta calidad, tanto en las
interpretaciones, como en la ambientación o el argumento.
Y ya que hablamos de espías, “Turn”,
que tanto me aburrió la temporada pasada, aunque levemente, parece haber
remontado en esta 2º. Sigue siendo una serie palomitera, con actuaciones más
que mejorables, empezando por el insufrible Billy Elliot, pero con ciertas cosas que hay que
agradecer.
La primera es un rigor histórico
bastante desconocido en las series populares. Cuenta la historia del “culper
ring” un grupo de espías creado por Washington que se encargó de recabar
información en el área de NY en torno a 1777 en la época en la que las colonias
empezaban a girar el curso de la historia por su independencia. Debo resaltar
que igual que en “hell on wheels”, AMC plantea de manera eficaz e inteligente
sus series históricas, apoyándose en una fotografía agradable y vistosa.
Otro punto a su favor es que, con
los personajes principales ya
presentados en la 1º temporada y las lealtades claramente definidas, esta 2º
temporada se ha podido centrar en el objetivo de la serie: el juego de
espionaje y contraespionaje y las consecuencias del mismo.
Además un puñado de personajes han cobrado valor como JJ
Feild en el papel del mayor John André, responsable de espionaje Ingles o Burn
Gorman (actor que tampoco sonreía en “the hour”) como el Teniente inglés Richard
Hewlett. Su mayor relevancia la equilibra la falta de importancia de Culper,
su familia y el pueblo de Setauket, sustituido como epicentro de la actividad
por NYC y Philadelphia
Una serie que, sin embargo, no
deja de ser anodina y superficial, prescindible a todas luces si tienes poco
tiempo que perder. Pero por favor, no hagáis lo mismo con “The americans”. No
todas las series de espías son lo mismo.
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