Thursday, 18 September 2014

“LESTER: IS THIS WHAT YOU WANT?”

Los hermanos Coen me encantan. He seguido toda su carrera con gran entusiasmo y atención, y a pesar de sufrir algún traspié que otro, siempre han mantenido un altísimo nivel de calidad, y lo que es más importante han creado un sello propio característico en todas sus películas: humor negro, diálogos inolvidables con ingenio, lenguaje exagerado e ironía, galería de secundarios antológicos (asesinos, psicópatas...), ritmo pausado, violencia latente que explota en momentos determinados, cuidado por la fotografía y por la música (sobre todo del gran Carter Burwell)…

Además nos han regalado dos joyas de películas, que tengo en mi ranking particular de obras maestras, que he debido de ver más de diez veces cada una, conservando la frescura original. Una de ellas es “Muerte entre las flores” (1990), cine negro en estado puro, inolvidable historia de amistad y lealtad, partiendo de la base de “La llave de cristal” de Dashiell Hammett, con Gabriel Byrne, Albert Finney, John Turturro y Steve Buscemi creando unos personajes antológicos.
La otra cumbre de los Coen para mi gusto ha sido “Fargo” (1996). Similar en sus conceptos a su ópera prima “Sangre fácil” (1984), “Fargo” es una estilizada y corrosiva película acerca de un perdedor (William H Macy) casado con la hija de un millonario, que decide planear su secuestro para lo cual contrata a dos pintorescos delicuentes (soberbios Buscemi y sobre todo el terrorífico Peter Stormare). Los Coen creaban una galería de personajes dentro de un territorio muy particular, construyendo un conjunto perfecto en el que no fallaba ni sobraba nada, manteniendo en todo su metraje la tensión contenida, con chispazos de humor y unas explosiones de violencia que sólo he vuelto a ver a ese nivel en las excelentes “Una historia de violencia” y “Promesas del Este” de David Cronenberg.


Por eso cuando me enteré de que el canal FX planeaba la realización de una serie titulada “Fargo”, contando como creador con Noah Hawley (avalado por un dudoso curriculum de creador de las series “The Unusuals” y “My Generation”), con los hermanos Coen como productores ejecutivos, me puse a temblar y me pareció triste la idea de realizar un remake de algo ya de por sí perfecto. Lo mismo me pareció con la idea del spin-off de “Breaking Bad” con Saul Goodman como protagonista. Además la serie contaba como protagonistas a Billy Bob Thorton, por el cual nunca había sentido interés salvo en la bella “El hombre que nunca estuvo allí” (2001), y a Martin Freeman, al que pensaba encasillado como Watson y Bilbo Bolson.

Por suerte no di una. Tras leer las críticas y sobre todo el consejo de mis compañeros de blog, me dispuse a disfrutar de la otra joya (junto a “True Detective”) que nos ha refrescado el panorama seriéfilo en el año 2014. Las dos series tienen la virtud de formar un todo, con principio y fin, siendo obras maestras de diez capítulos, que ninguna película del panorama actual puede soñar con llegar a alcanzar su calidad y desarrollo de personajes.
“Fargo” no es un remake de la película, cuenta una historia ocurrida en el año 2006, que comparte con ella su universo, ritmo, diálogos y su primorosa galería de secundarios, aunque a lo largo de la serie vamos descubriendo algún detalle que enlaza con ella (genial el detalle de la rasqueta roja). El episodio piloto es soberbio, mejor que cualquier película que podamos ver en los últimos meses. Comenzamos su visionado pensando en todo momento en la obra de 1996, hasta que los hechos nos golpean hasta dejarnos aturdidos y exhaustos. Recomiendo ver la serie con cierta continuidad, pues esperar una semana al siguiente episodio puede distraernos, y disfrutar como siempre de ella en versión original. A lo largo de los siguientes episodios, la trama y los personajes se van desarrollando, con claridad, con flashbacks, aparición de nuevos personajes que van enriqueciendo el conjunto, hasta llegar a unos dos impresionantes capítulos finales que ves en permanente tensión, sin saber en ningún momento lo que va a ocurrir a continuación.

A nivel técnico la serie es inmejorable, con un montaje y una fotografía soberbios. La banda sonora de Jeff Russo toma como base la de Cartel Burwell de la película original y construye una inquietante y emocionante composición. En último lugar, la elección de casting era fundamental para no tirar por tierra tan buenas intenciones. Ahora no podemos imaginar nadie que lo hubiera hecho mejor en cada uno de los papeles. La elección de Martin Freeman era bastante fácil para el papel de Lester Nygaard, y lo hace realmente bien, aunque en este sentido me quedo con el William H Macy de la original, pero la elección del histriónico Billy Bob Thorton como el inquietante asesino Lorne Malvo era arriesgada, y lo que hace el ex marido de Angelina Jolie con ese personaje es digno de pasar a los anales de la ficción televisiva como uno de los villanos más terroríficos de la historia, que sin embargo despierta nuestra simpatía muy por encima del mezquino Lester. Cada aparición suya nos deja aterrados, sus diálogos no pueden ser más irónicos y fríos. La escena del ascensor en el noveno capítulo la he incluido ya en lo mejor del año por derecho propio.


El resto de plantel de actores secundarios está soberbio. Allison Tolman es perfecta como Molly Solverson, nuestro querido Bob Odenkirk clava al inepto Sheriff Bill Oswalt, y el siempre efectivo Keith Carradine borda a Lou Solverson. También destacan la pareja de detectives del FBI y sobre todo los dos asesinos (uno mudo y el otro hiperactivo) que van detrás de Lester y Lorne, personajes muy típicos de los hermanos Coen.



Así se hacen las cosas. Calidad y entretenimiento de primer orden. Como en el caso de True Detective se ha confirmado una segunda temporada con diferentes personajes. En el caso de Fargo parece que va a estar basada en el personaje de Lou Solverson y del incidente de Sioux Falls ocurrido en los setenta, y del que habla en varias ocasiones. El listón está altísimo, y no sabemos lo que deparará el futuro pero... qué momento. 


Tuesday, 9 September 2014

Ni Moe Szyslak salva Ray Donovan

La 2º temporada de Ray Donovan ha sido una tremenda decepción. No diré que es una absoluta mierda, pero sin duda es menos creíble, menos entretenida  y menos espontanea. A ratos se ha vuelto insoportable. Me aburre y no aporta nada nuevo y decir eso de una serie básicamente de acción y entretenimiento, no puede ser menos lisonjero

La 1º temporada, a pesar de algunas furibundas críticas que se vertieron sobre ella, me pareció muy decente. Muy buena si me apuras. El argumento de un tipo que soluciona problemas a lo Sr. Wolf era muy atractiva. Si además enlazas con un padre que sale de prisión con intención de recuperar los años perdidos, y si encima ese padre es Jon Voight (no el de cara de tonto de "National treasure" sino el de cara de cabron de "Heat" o "misión imposible"), había pocas posibilidades de fracaso.

Además contaba con la ventaja de las series nuevas: es más fácil sorprender al público con algo innovador, tienes tiempo de desarrollar los personajes y moldearles, y aun no se tienen suficientes argumentos para odiarla. Y Ray Donovan triunfó en ese estrato de series para adultos. Yo al menos me lo pasé pipa.




Y mira que la 2º temporada empezó bien. Parecía que se abrían nuevas tramas, con Micky Donovan en Mexico tomando tequila o con la aparición de nuevos personajes que querían indagar más en profundidad en lo que había sucedido aquella noche, en aquellos muelles, con Sully.


Debo mencionar en este aspecto a Hank Azaria, como el director del FBI de LA Ed Cochran, cuya actuación es de largo lo mejor de la temporada. Azaria es muy conocido en US sobre todo por sus doblajes y por poner voz a muchos personajes de los Simpson como Moe Szyslak, el jefe Wiggum, el tipo de la tienda de comics  o Apu Nahasapeemapetilon. Su papel de advenedizo director, dispuesto a todo por medrar con la colaboración de su esposa (Sherilyn Fenn, la sensual Audrey Horne de Twin Peaks), es una autentica  pasada.


Sin embargo antes de la mitad de la temporada, el personaje y esa parte de la trama desaparece dando paso a los aburridísimos embrollos familiares, más propios de "parenthood" o “brothers & sisters” que de una serie de acción. Se convierte en una sitcom con sexo y violencia encajada aleatoriamente sin demasiada coherencia. La verdad es que a nadie le importa si la hija se cepilla a un negro rapero, si el hijo tiene tendencias claramente homosexuales a pesar (o como consecuencia) del padre de bofetada y grito facil, si el hermano limitado trabaja en una tienda de bicis y demás paridas.


Y lamentablemente Jon Voight se ve envuelto en este despropósito televisivo. Le viene mejor el papel de secundario que tenía en la 1º temporada que un coprotagonismo tan claro, donde se intenta exprimir su historia sin, aparentemente, saber cómo acabarla. La historia con el agente de la condicional es una chorrada metida con calzador.


La temporada aporta tan poco y es tan repetitiva que hasta los bailes de Voight y sus caras de chulazo, son un calco de las de la primera temporada. Por su parte el personaje de Ray Donovan es vacio y carente de toda la intensidad de la 1º temporada: no trabaja en nada, no soluciona nada, sino que solo se pasea por su casa tratando de intimidad a su mujer y a sus hijos y de tener una vida aparentemente ordenada que nadie se traga. Si digo que lo mas interesante es su necesidad compulsiva de follar dos veces al día, os podeis hacer una idea de lo interesante que es el personaje.


En resumidas cuentas, o la serie cambia mucho en estos dos capítulos que restan, o será una candidata más que clara a serie desechada para siempre. Y esto no lo soluciona ni el bueno de Moe Szyslak.






Monday, 1 September 2014

Holden & Holder

Cuando un conocido me preguntó por  “Rectify” le dije que era una serie preciosa. No bonita, sino con un nivel de preciosismo difícil de encontrar en la televisión. Y me recuerda a "True detectives", sin tener nada que ver con ella. Pero son series que te hacen disfrutar no solo por las interpretaciones y la trama, sino principalmente por lo que perciben tus sentidos.

Rectify, de la que acaba de terminar la 2º temporada, es una serie que narra la liberación y sobre todo la reinserción, tanto en la vida como en su pueblo natal, de un recluso (Daniel Holden) que ha estado 20 años en el corredor de la muerte. El proceso de adaptación de él a la vida, y del pueblo, donde muchos le siguen considerando culpable, a él, es el eje en el que órbita la serie. Es una historia de cambios gigantes en las vidas de las personas y cómo somos capaces de asimilarlos y sobreponernos a ellos. Pero también un canto a la libertad, a las segundas oportunidades y al perdón de los pecados. Tanto como a la intolerancia, a la cerrazón y al odio, ya que se le van plantando muros tan infranqueables como los de la cárcel.



Acompañada de una música envolvente fabulosa, la serie recorre los campos infinitos de Georgia con un virtuosismo fotográfico digno de cualquier gran producción, y magníficamente rodada, con un tempo y unas tomas que ayudan a transmitir desde el silencio a la ternura

Mientras la 1º temporada seguía a Daniel Holden (Aden Young) en el redescubrimiento del mundo (tecnologías, familia, sentimiento…) durante los primeros 7 días de su excarcelación, la 2º temporada ahonda en los sentimientos que su presencia despiertan en su familia y entorno. Destacar tanto en la 1º temporada como en la 2º el papel de Abigail Spencer como hermana coraje del protagonista y sobre todo en la 2º la del binomio Ted Talbot Jr (hermanastro de Holden) y Tawney Talbot. Sin duda las partes más crudas y emotivas se viven en esta relación, torpedeada por la presencia de Daniel



Y aunque no es una serie fácil, Rectify es una joya casi desconocida de la televisión donde las actuaciones sobresalientes de los actores son una tuerca más en el engranaje de esa serie preciosa, para ser paladeada lentamente.

Y habiendo llegado el final definitivo de “the killing” no puedo dejar de hacer un par de reflexiones sobre ella.

Si eliminamos los lamentables últimos 15 minutos de la serie e introdujéramos un final racional y menos utópico, seguramente el sabor de boca del espectador habría sido infinitamente mejor. No hay Dios que se crea, habida cuenta de los personajes y del desarrollo global, ese final tan meloso e irreal. Una completa decepción. No necesitamos finales artificiales para irnos felices a la cama.



Pero exceptuando esos trágicos 15 minutos, el tono general de la serie es muy bueno. Continua con la historia donde la dejó en la 3º temporada (para mi la mejor), y  los 6 capítulos pendulan entre la culpa y el arrepentimiento. Linden y Holden tratan de tapar sus culpas mientras, paralelamente, investigan un caso de asesinato relacionado con un alumno de una academia militar. Y aquí se abre otra vía de la temporada: historias de padres, madres e hijos que se entrelazan: hijos perdidos, hijos queridos, hijos abandonados…hijos. Linden, Holder, Margaret Tayne, la familia Stansbury…


Tan buena como la actuación de Peter Sarsgaard en la 3º temporada es la de Joan Allen como la coronel Margaret Rayne, responsable de la academia militar donde se desarrolla buena parte de la trama. Es una maravilla verla actuar en versión original, mostrándose infranqueable y pétrea hasta ese cierre del caso tan bien desarrollado y tan desgarrador. Si ese hubiera sido también el final de la temporada y de la serie, todos habríamos quedado mucho más satisfechos