Debo decir que a Mí me encantan las miniseries. De verdad.
Igual que (qué vamos a hacerle) me vuelvo loco con los capítulos y las series
que acaban mal (estuve tres días sin dormir cuando Trinity se cepilló a Rita y la
dejó flotando en un baño de sangre). Me gustan las miniseries igual que me
gustan los cuentos o relatos. Además con estos tienen cosas en común: Deben
mantener en tensión al espectador/lector, deben tener un ritmo continuo sin
poder meterse en tramas innecesarias y deben trasmitir más fuerza con menos
palabras, personajes y minutos. Nada es en vano en las miniseries.
Además tienen un final cierto. Empiezas una mini sabiendo
que tiene 4 o 6 o 10 capítulos y después no hay más. Solo el recuerdo. Y creo
que precisamente por eso me gustan y por la misma razón aborrezco profundamente
cuando una miniserie tiene éxito y la amplían más allá de las posibilidades
interpretativas y argumentales que tenían en un principio. ¡¡Coño, si tienes planeado
hacer una mini, déjalo en una mini!! ¿Alguien
imagina aumentar las temporadas y la trama de la genial “the shadow line” o
“inside man”?, ¿o dado el éxito apabullante darle más bola a las historias de
“top of the lake” (hasta orejitas parece sexi) o “Utopía” (la primera escena es
para enmarcar)?, ¿o incluso la fantástica “Crematorio” (al fin una serie
española de calidad)? Es de destacar que la mayoría de las mejores son
miniseries Británicas, lo cual me hace pensar que su visión de la calidad
televisiva en cuanto series no tiene igual
y es de envidiar.
También está el caso contrario, series que venían para quedarse y acabaron a la primera temporada, como si fuera una miniserie de muchos capítulos. Y aquí, tengo que hablar de “LIGHT OUT” (aquí en España recibió el desafortunado y penoso nombre de “el declive de Patrick Leary”), una drama descarnado y terrible de boxeo o más bien del mundo del boxeo con la figura sobresaliente de un excampeón que se plantea volver pese al riesgo para su salud y la reticencia de su familia. La historia era buena y las interpretaciones superiores. Pero fue comunicada su cancelación poco antes de que acabara la 1º temporada y se quedó en miniserie de 13 capítulos. Eso sí, seguramente con uno de los finales mas alucinates que recuerdo de la televisión. De esos que te dejan conteniendo el aliento durante 2 putos minutos…
En fin, dejemos que las historias acaben, que las miniseries
cuenten lo que tienen que contar en su tiempo y su forma. Si siguen forzando la
máquina corren el riesgo de perder la esencia de las miniseries y enturbiarán
el recuerdo de las mismas. O peor aún que Bertomeu o Gatehouse se sientan
ofendidos…
PD: Acabo de acabar de ver la asfixiante y entretenida “Broadchurch”,
una buena miniserie británica de intriga en un pueblo donde todos tienen algo
que esconder y nadie es quien parece. A parte del Remake US donde el actor
incomprensiblemente será el mismo (manda huevos la imaginación yanqui), ya han
anunciado que se amplia una 2º temporada. No comment…
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