Aprovechando que esta semana hemos celebrado el día de la
mujer, quería dedicarle a ellas este post, a través de dos series “de mujeres”,
donde ellas son las protagonistas únicas y totales, y que se contraponen a un
mundo audiovisual aun ciertamente machista.
Para mí una de las tres mejores miniseries del 2014 ha sido
sin lugar a dudas "Olive Kitteridge", una relato brutal, dañino y atemporal de
una persona empeñada en ser infeliz a pesar de lo que la vida le ha concedido.
Es cierto que es más fácil decidir ser infeliz que empeñarse en ser feliz, pero
el caso de la toxica protagonista de la serie se lleva a extremos delirantes, emponzoñando la existencia a su marido, familia y a todo el que tiene la desgracia de
encontrarse en su camino.
De la protagonista, Frances McDormand, no cabe decir
demasiado. Su actuación es colosal, con una solidez interpretativa imposible de superar. Tener a una actriz de una talla semejante, involucrada y empujando el proyecto, es un seguro de
vida. Además para mi es una debilidad desde
que la vi en 1988 en “Arde Mississippi” , una de mis pelis preferidas (Geena Davis
le birló el oscar con el turista accidental). Era tan conmovedora como trágica.
Repitió nominación en 2000 aunque ya lo había ganado por su genial papel en "Fargo", casi diez años después.
En esta historia, que realmente es la tragedia vital en la
que transita, la acompaña Richard Jenkins como el farmacéutico y abnegado
marido Henry Kitteridge. Jenkins siempre será para mi el patriarca de los
Fisher de “six feet under”. Recuerdo sus jugosas actuaciones y esa doble vida que
llevaba como una parte fundamental de mi reverenciada serie. Aquí interpreta al
marido sacrificado y manso que debe lidiar con “una bestia” (como la propia
Olive se autodenomina), llevándose cornada tras cornada sin siquiera plantearse
dejar de torear. Sus actuaciones se complementan tan bien que hace absolutamente creíble su matrimonio, piedra angular de la serie.
Un portentoso Bill Murray, en apenas 5 escenas, es capaz de
maravillar al espectador, manteniendo a raya a Olive y su sarcasmo, y llevándola a un final de serie conmovedora y abierta, donde descubre que después de perder
todo los asideros de la vida, aun queda un soplo de esperanza.
La serie, que pensaba que iba a ser lenta hasta decir basta
es todo lo contrario. Las estupendas caracterizaciones y la minuciosidad con la
que se describe a los personajes te hace involucrarte inmediatamente en sus
vidas, e incluso empatizar con una historia tan corriente como terrible, de
gente que no es capaz de salir de sus miserias ni de luchar con el enemigo que
muchas veces son ellos mismos.
No he leído el libro ganador del Pulitzer en el que está
basada la serie, y entiendo que los que sí lo hicieron duden de como comprimir
25 años de vida en 4 capítulo de miniserie. Sin embargo el retrato de esta
mujer cínica y testaruda, que perdió a quien amó y vivió con quien la soportó,
que pasó por la vida dejando un reguero de infelicidad autoimpuesta, envuelve
la paradoja de que hasta las vidas más miserables pueden tener un ultimo instante
de redención.
Tambien había oído buenas criticas de “Restless” e incluso
que la colocaban entre las 10 mejores miniseries de los últimos años. No tiene
nivel para nada de ello.
Trata de ser una serie de espías en la época preguerra
mundial (la segunda), donde no se sabe muy bien si los servicios británicos quieren
involucrar a los US en la guerra o si son los rusos los que quieren que no
entren, o si todo es un truco disuasorio. La verdad es que al argumento le
falta peso, amén de interés. Pero sobre todo es que se hace terriblemente
enrevesada y compleja, resultando casi imposible seguir el hilo de los
personajes y de las conspiraciones.
Puedo reproducir una a una las palabras que utilizaba sobre
Charlotte Rampling en otro post: no encaja en un formato en el que tal vez se
le pide algo más que una mirada penetrante y una sonrisa envolvente. En esta
además aparece con escopeta y paranoia. Mala combinación. Sorprendentemente fue
nominada a los emmys, lo que me hace dudar cada vez mas de este tipo de
premios.
También aparece en un papel protagonista Michelle Dockery,
esta Lady Mary, que vestida de gala y entre efluvios galantes de Downton tiene
un pase, pero venderla como una neo hippy no cuela. La delata su acento pijo,
sus manos de manicura y su andar arrogante. No dice mucho de la capacidad de
cambio de registro de la actriz, la verdad.
Lamentablemente se queda en otra serie indescifrable y prescindible con mas nombres e infulas que originalidad y valor.