Tuesday, 22 April 2014

"Easy Motherfucker..."

HBO lo ha vuelto a conseguir. Juega al límite en todo momento, la mayoría de las veces se estrella (y se lo perdonamos), pero cuando empezamos a pensar que han perdido su magia se sacan de la manga un producto inolvidable que nos deja boquiabiertos una vez más, y ya hemos perdido la cuenta.


La apuesta era muy arriesgada. Les llegó por la puerta un escritor y profesor de Literatura de la Universidad de Lousiana (Nic Pizzolato) que contaba con el gran bagaje de haber escrito dos episodios de “The Killing”, y les ofreció realizar una película de ocho horas de duración dividida en ocho capítulos, con un final definido, y escrita en su totalidad por él. HBO acepta el reto, y en una decisión sin precedentes y vital para el resultado, decide que al igual que el producto cuenta con un único guionista, también tendrá un solo director, como si en realidad estuvieran creando una película. Para ello deciden apostar por  el desconocido Cary Joji Fukunaga (otro riesgo más), que en su curriculum sólo contaba con haber realizado la adaptación de “Jane Eyre”, y le encargan la realización de los ocho episodios escritos por Pizzolato.
Este hecho es fundamental, pues el gran acierto de “True Detective” es su unidad en todos los aspectos, siendo los ocho capítulos un conjunto indivisible en su argumento, estética, realización y dirección de actores. Es una serie para tener completa y disfrutarla de una tacada un fin de semana lluvioso y aburrido.


Así que HBO decidió echar toda la carne en el asador, y supo que este producto necesitaba dos protagonistas adecuados, que nos guiaran en el tour de force de su duelo interpretativo. Y consiguió a dos pesos pesados para ello, con irregulares trayectorias, pero que con este paso han dado un salto de gigante en su carrera (quién lo iba a decir). A priori la decisión de Woody Harrelson como Martin Hart era sencilla, el detective sureño, machista, tozudo, bebedor y con debilidad por las mujeres, le iba como anillo al dedo a Harrelson, que clava el personaje y lo hace suyo, sin pasarse y llegar a ser histriónico, como le ha ocurrido en alguno de sus anteriores trabajos.


Sin embargo, la elección del otro protagonista era mucho más difícil; Rust Cohle es un detective atormentado, turbio y muy inteligente, que arrastra un pasado que incluye la muerte de su hija, su separación y un descenso a los infiernos que vamos descubriendo a lo largo de los capítulos. Matthew McConaughey se encontraba relanzando una carrera con un inicio muy prometedor, que en los últimos años había alternado la ñoñez con la nada, hasta que descubrimos su muy buen hacer en “El inocente”, y sobre todo su inolvidable personaje en “Mud”, que nos devolvían las esperanzas perdidas en este actor. Lo que hace en True Detective (imprescindible en versión original) es un trabajo para la posteridad que seguramente se llevará todos los premios del año, hipnotizándonos desde las primeras escenas con su blog bajo el brazo, su careo a lo largo de los capítulos con los dos detectives que intentan cercarlo, sus frases filosóficas que dice mirando a la nada y con ese antológico “easy motherfucker”.



El resto ya lo conocemos todos, la serie comienza de manera densa y pausada, nos recuerda mucho a “Seven”, y va definiendo los personajes con pausa y precisión hasta explotar en un cuarto capítulo, en el cual Cohle actúa de infiltrado poniéndonos los pelos de punta, que termina con un plano secuencia de seis minutos de duración, que me hizo levantar del sofá, rebobinarlo dos veces y degustarlo adecuadamente a medianoche. En los siguientes capítulos la serie continua su línea ascendente, uniendo de nuevo a los protagonistas para dar caza al salvaje asesino que reinaba en Carcosa, siempre con pausa, introduciéndonos en la profunda Lousiana y en sus terroríficos secretos.



No sé qué nos deparará en el futuro “True Detective”. Parece que la siguiente historia nos llevará a California, que Brad Pitt quiere ser el protagonista, y que prestigiosos directores se pelean por dirigir capítulos  de la misma. Lo que estoy seguro es que HBO seguirá ofreciéndonos de vez en cuando estas joyas de las que no gozamos en los últimos años en el cine, y que nos han enganchado a la pequeña pantalla.


  

Friday, 18 April 2014

Dos miniseries para disfrutar


Lamentablemente por muchos papeles que David Threlfall haga, siempre será el borracho desgraciado y egoísta de la fabulosa versión UK de “Shameless” (de la que surgió la también magnifica versión USA de la que hablaré otro día). Digo lamentablemnte porque cada vez que abre la boca en la miniserie “What remains”, no puedo dejar de verle con una pinta en la mano y los ojos perdidos

“What remains” es una miniserie, mezcla de intriga y terror, donde toda la trama se desarrolla dentro de una casa de apartamentos con unos vecinos ciertamente sospechosos. A raíz del hallazgo de una de las vecinas muertas, un inspector (David Threlfall ) empieza  a sospechar que puede que no haya sido una muerte casual sino un asesinato. Desde ahí se desarrolla una historia de intrigas y flashbacks para indagar en las relaciones de la muerta con los vecinos. Al final, nada es lo que parece y, como en una buena novela de Agatha Christie, todos o ninguno pueden ser el asesino.





Me parece muy interesante cómo la casa, al estilo de una casa encantada de película de miedo, es mas protagonista que algunos de los vecinos, donde subyace un halo oscuro de soledad y envidia entre el vecindario muy del estilo de “la comunidad”.

Como nos tienen acostumbradas las miniseries británicas, los actores se van repartiendo el peso de la trama, con especial atención a Steven Mackintosh ("Luther" o "inside men") que hace de periodista exalcoholico que una doble vida y relación con la muerta e Indira Varma (exmujer de Luther, Rome y recientemente en GOT), una vecina malvada, paranoica y narcisista que odiaba a la fallecida.


Todo ello compone una miniserie muy recomendable para pasar un buen rato, que  te mantiene en tensión durante los 4 capítulos y tiene grandes dosis de dobles versiones y vueltas de guion.


Lo de “dancing on the edge” son ya palabras mayores: por presupuesto, por actuaciones, por vestuario…Inevitablemente te viene a la memoria “downton Abbey”, por la época en la que se desarrolla y por el aire aristócrata que rezuma. Y aunque la mayoría de sus personajes no tengan donde caerse muerto, van siempre impecablemente vestidos con smoking. La ambientación es magnífica y la música colosal, y aunque cuesta un poco entrar en la historia, acabas rendido ante ella

La miniserie, nominada a lo pasados globos de oro, donde Jacqueline Bisset ganó el de mejor actriz secundaria, es una maravilla tanto en la técnica como en la ejecución, con un fantástico Chiwetel Ejiofor (con sus 2 nominaciones a los oscar –american ganster y 12 años de esclavitud- y que ya vimos en "inside me"n o "The Shadow Line") que borda el papel de líder de una banda de jazz en Londres que revolucionan el panorama musical de la ciudad hasta que un trágico suceso cambia el rumbo de sus vidas y sus carreras.


 


La historia, envuelta en la atmósfera de la música jazz, el humo permanente de los cigarrillos y la sofisticación burguesa, es realmente una bofetada a la hipocresía de una sociedad que alternaba la rebeldía de apoyar una música de “negros” revolucionaria con las falsedad y doblez de un nivel social que les confiere el poder (¿o acaso la necesidad?) de hacer cualquier cosa para mantener su estatus. En esto el papel de John Goodman o Bisset se llevan el gato al agua, demostrando que con influencias y poder nada de lo que pueda ocurrir a tu alrededor, te va a tocar. Siempre habrá otros que se lleven la peor parte. Nada diferente a lo que ocurre, si lo pensamos bien, en nuestros días.

A mi me gusta especialmente Matthew Goode, al que podemos ver en “the good wife” últimamente y que conocí como novio de la Johannson en “matchpoint”. Aquí comparte protagonismo con  Ejiofo. Sus dialogos y su interacción, le da a la serie el contrapunto afectivo que necesita. Interpreta a un periodista que sigue a la banda y que acaba convirtiendose en algo asi como su manager y publicista.

En fin, que si teneis un rato esta semana entre penitencia e incienso, dejaron envolver por la musica jazz y la aristocracia británica, y si es posible en  una casa donde los vecinos son mas culpables por lo que callan que por lo que dicen.







Wednesday, 9 April 2014

Deadwood: 10 años no son nada

Se cumplieron el mes pasado 10 años del nacimiento de esta obra maestra creada y escrita por David Milch. Y creo que se merece al menos una pequeña retrospectiva. Sobre todo porque desde mi punto de vista ocupa el primer lugar entre las series canceladas injustamente

Lo primero que se debería decir de Deadwood es que es un western, una del oeste, pero como casi nunca se ha visto un wester. Mas en la onda de Sam Peckinpah (que prolongó Clint Eastwood con "sin perdón"). Una lucha terrible y deshumanizada por el terreno, la pelea diaria por sobrevivir en un mundo sin honor ni leyes, donde la anarquía y el crecimiento de pequeños reyes locales dotan a la vida de un valor y una justicia muy reducida
 
 
 
 
Deadwood es sucia: desde las calles, la ropa, las casas o las personas, hasta el alma de los personajes, sus intenciones y sus vidas. Representa a la perfección una carrera hacia el progreso y la avaricia, y la ciudad es un vórtice donde confluyen seres de todo tipo, desde los comerciantes que quieren hacerse un hueco hasta los buscadores de oro, pistoleros o buscavidas de diferentes sexos y condición. Incluso los diálogos son premeditadamente sucios y duros, con la mayor cantidad de tacos y “fucking” por minuto de metraje de la historia de la televisión (inicialmente se pensó en incluir los tacos en el lenguaje del siglo XIX pero la traducción a la era moderna era ridícula)

El calificativo de serie coral le viene al pelo, donde los personajes van entrando, saliendo muriendo…y si bien aparentemente el foco era Seth Bullock (el inefable Timothy Olyphant), minorista y sheriff del pueblo, probablemente la falta de carisma y talento del actor empujaron a los guionistas a fijarse en otros actores con interpretaciones superlativas, como la de Ian McShane como el todopoderoso, repulsivo y carismático Al Swearengen, dueño del prostíbulo y autentico puto amo del pueblo. 

 

También es de destacar el papel de Molly Parker como Alma Garret, viuda burguesa con propiedades en un terreno que le repugna pero donde debe permanecer por conveniencia y de Gerald McRaney (George Hearst) al que hemos visto en “House of cards”, que aparece a mitad de la serie para aglutinar toda la villanía del pueblo. Desfila también un electo de fantásticos actores que luego hemos visto en otras series: Anna Gunn (Martha Bullock) la terrible Skyler de "BB", Dayton Callie (Charlie Utter) al que vemos en "Sons of anarchy" o Keith Carradine (Wild Bill Hickok) ese gran Frank Lundy en "Dexter".
 
Pero aparte de las magníficas interpretaciones de los actores, la serie tiene una poderosa puesta en escena, una increíble y cuidada ambientación y vestuario, y un ritmo intenso y ágil, que te hace a veces tener la necesidad de pausar para poder respirar. Una historia de ambición y supervivencia magníficamente contada, una epopeya apoyada en unos inmorales personajes reales que además le dan cierta relevancia y carácter histórico a la serie (Seth Bullock, Al Swearengen –y su Gem Saloon-, “Wild” Bill Hickok, Calamity Jane, Charlie Utter…son todos personajes que existieron realmente)



 
Sin embargo, después de tres temporadas y a pesar del éxito abrumador de la crítica y de una buena parte de los espectadores. La cadena anunció durante la 3º temporada que iba a ser la última. Se habló de cerrar los temas pendientes en una película pero nunca fructifico. De la misma forma, una parte del público se alejó de la serie, probablemente porque es una serie para la que no todo el mundo está preparado, debido a la forma de tratar el sexo y las diferencias sexuales, por la violencia, tanto explicita como implícita y por la continua y visible podredumbre que impregna cada rincón

Pero la principal razón fue económica: Todo el elenco de actores, la escenografía, el despliegue de exteriores (la calle principal del pueblo se creó únicamente para la serie y se fueron añadiendo más calles según el pueblo y los personajes iban creciendo) y la espectacular reproducción de una época pasada, eran demasiado caro para la cadena.

Deadwood nos dejó a medio camino, apenas en construcción, como una paradoja de la ciudad, donde las vidas miserables y oscuras de sus personajes estaban varadas en mitad de ninguna parte.

 

Wednesday, 2 April 2014

Canibales en Terminus

Aviso: Este post contiene bastantes spoliers del capitulo final de The Walking Dead que se emitio el domingo.

La verdad que no lo habia visto venir. Desde el principio de la segunda parte de la cuarta temporada de The Walking Dead, despues del fallido ataque del difunto Gobernador (David Morrissey), pensaba que Rick (Andrew Lincoln) y sus desafortunados compañeros iban a tener mas suerte e iban a encontrar un lugar seguro, donde poder recuperar sus vidas y labrar un nuevo futuro.

Ni siquiera lo vi cuando Mary, la señora que regenta la parrilla en Terminus, recibe a los visitantes ofreciendoles un suculento chuleton a la plancha...



O cuando les disparan desde los tejados y les dirigen como ganado por los pasillos de la instalacion hasta sus trampas, sin herirles claro (obviamente, seguid leyendo mas abajo...).

O cuando pasan cerca de los tres vagones de tren, aparentemente llenos de gente, de donde salen gritos pidiendo ayuda.

O cuando pasan al lado de lo que parece un monton de calaveras y columnas vertebrales que parecen claramente humanos (el color de la sangre es vivo, no apagado y decolorado como la de los zombies).



Solo me di cuenta cuando mi amigo Simon me comento aquella anoche, "La verdad que Rick hoy ha estado bien, salvando al grupo in estremis con ese muerdo en la yugular." - escalofriante la verdad - "Que mala suerte que se hayan topado con un grupo de canivales".

Queeeeeee!?!?!?! WHAT THE FUCK!!!

Todo empezo a tener sentido. Los carteles "señuelo" que invitaban a ir a la estacion de Terminus, donde todo aquel que llegaba se salvaria, haciendo que la presa vaya al depredador (brillante, por cierto). El cuidado con el que les disparaban, ya que no quieren matar o herir de gravedad a nadie para que luego, al abrir el vagon se encuentren con un grupo de zombies sedientos de sangre.



Es poco probable que Rick y compañia se conviertan en el snak de Gareth (Andrew J. West), o de algun villano de mayor rango que todavia no conocemos, o al menos no todos ellos. Os imaginais a Carl dando vueltas en un grill con una manzana en la boca? (Al y Bournet estarian encantados...).

Creo que la temporada ha sido la mejor de las cuatro, y quiza la mas variada y con mas personajes de todas. La segunda parte ha podido parecer mas monotona que lo que estamos acostrumbados pero nos ha dado la posibilidad de conocer a los personajes a fondo y conocer sus historias.

Como siempre, la temporada termina dejandonos con la miel en la boca y con el mensaje de Rick: "They are screwing with the wrong people"...




Tuesday, 1 April 2014

Menos "Girls" y mucha Lena


Siempre me ha parecido un poco limitada la comparación de “Girls” con “Sex in NY” o “Gossip Girls” (globol de oro a parte). Algunos la consideran incluso una precuela. Algo absurdo. Más si cabe viendo algún capitulo como el de la casa de la playa de la tercera recién acabada temporada. Me parecíó magnñifico. A otros les ha pasado con los famosos 4 minutos de la escena del 4º capitulo de true detectives, pero a mí me ocurrió viendo a unas algo más que adolescentes enfadadas, enojadas y sobre todo perdidas. Perdidas en la vida y perdidas respecto a su amistad

Porque supuestamente de eso trata la serie, de la amistad entre cuatro mujeres que están descubriendo un mundo que no es lo que se imaginaban y para lo que las criaron. Y siendo una comedia, la serie pivota más entre lo ácido y corrosivo


Y por supuesto, y mas que en el resto de temporadas, Lena Dunham (directora, creadora y escritora de la serie) y su personaje de Hannah Horvath, es la piedra angular de la temporada. Igual es exagerar, pero los secundarios son más secundarios e irrelevantes, a la vez que la presencia de Hanna y su novio los fagocitan

Pero si algo demuestra esta tercera temporada es la, antes ligera e incluso admitida, egolatría del personaje. En esta temporada es excesiva y dañina. En uno de los primeros capítulos se muere su editor y es capaz de preguntar en el velatorio a su inconsolable esposa que qué va a pasar con el libro que estaba escribiendo para él y si estaba muerto como su marido, y se extraña frente a su novio de que la viuda se enfadara. El ultimo capítulo deja a las claras su necesidad enfermiza de protagonismo cuando instantes antes del estreno teatral de su novio, su momento de gloria, es capaz de aparecer en el camerino únicamente para decirle que seguramente se vaya de NY dejándole, al menos durante un largo periodo de tiempo, en la estacada.



















De hecho esto me lleva nuevamente al capítulo de la casa de la playa. Es capaz de torpedear el fin de semana que sus amigas habían preparado, y esto le sirve de cura de humildad. Las tres amigas la acaban diciendo lo que sienten: que es una egoísta, egocéntrica, que todo tiene que girar siempre en torno suyo y que únicamente se mira el ombligo. Su declaración de intenciones previa también lo dice todo: “No soporto a mis amigas cuando las cosas no les van peor que a mi”

 Respecto a las temporadas anteriores, sí que echo en falta un mayor peso de los personajes secundarios. Salvo el personaje de Adam, el novio de Hanna, que efectivamente tiene un papel mucho más amplio e interesante. Debo admitir que es un personaje maravilloso de la serie a pesar de que ha perdido cierta dosis de su esencia, su locura y salvajismo. Aun así aguantar las chorradas de Hanna tiene mucho mérito. Quienes prácticamente desaparecen son Shoshanna (Zosia Mamet e hija de David Mamet) y Marnie, con la excepción del triángulo amoroso con Ray.











 



Se le da más relevancia al personaje de Jessa (Jemima Kirke) y su escarceo con las drogas. En la temporada anterior me pareció un personaje clave y fantástico, con sus salidas de tono, su sinceridad libertina y su pasotismo total. Recuerdo los capítulos de su boda y su relación corta y tormentosa con su marido como lo mejor de la temporada. En esta dá un nuevo giro con su lio con un maduro e irresponsable drogadicto (muy cool y fino, eso si) y su peculiar caída en las drogas. Parece un tanto irreal y poco creíble la ausencia de efectos secundarios cuando la relación termina, pero puede hasta perdonarse.


Fantástico el personaje extremo y trastornado de la hermana de Adam (Gabby Hoffman) que durante varios capítulos lleva de cabeza a Hanna y su hermano y pone al borde del precipicio su relación
En fin, que se puede decir que "Girls" ha ganado ciertas cosas para perder otras por el camino. Posiblemente el ser el cortijo de Lena Dunham ha hecho perder protagonismo a secundarios muy buenos o cambiar incluso el rol a otros personajes.

Independientemente de eso, sigue siendo una serie genial, con unos diálogos frescos, agiles, divertidos, pero con aquel trasfondo trágico que demuestran la dura vida de una generación que se ve obligada a tener responsabilidades cuando lo que menos les apetece es precisamente tener responsabilidades.